El trabajo para garantizar un producto limpio no termina con el almacenamiento. Hacer llegar el producto al consumidor en buenas condiciones significa también vigilar las condiciones de transporte.
Las buenas prácticas para el transporte incluyen un plan para:
- Evaluar vehículos y equipos de transporte. El diseño y el mantenimiento de los vehículos y del equipo de transporte deben garantizar que los alimentos no sean contaminados por el propio equipo durante el transporte.
- Abordar las condiciones de transporte. Deben tomarse medidas para garantizar que los alimentos no se contaminen durante el transporte, como controles de temperatura adecuados y separación de los alimentos de los artículos no alimentarios en la misma carga.
- Intercambiar información. Es importante conocer información sobre la carga anterior, cómo y cuándo se limpió el vehículo, y el control de la temperatura entre el expedidor, el transportista y el receptor. Por ejemplo, un transportista que transporte alimentos no lácteos líquidos a granel querrá asegurarse de que los vehículos que hayan transportado leche anteriormente no introduzcan alérgenos en los alimentos no lácteos por contacto cruzado.
- Formar a los empleados. El personal del transportista debe conocer las prácticas sanitarias de transporte y tener documentación de la formación.
- Llevar un registro. Los transportistas y expedidores deben mantener registros escritos relacionados con la limpieza del equipo de transporte, las cargas anteriores y el control de la temperatura.
Si un producto se envía o recibe en un vagón de ferrocarril, inspeccione el vagón para asegurarse de que cumple determinados requisitos. Si el coche no cumple las normas y no se puede arreglar, rechácelo. Al evaluar un vagón o camión, asegúrese de que:
- Los interiores de todos los vagones y camiones estándar están limpios y libres de polvo, suciedad, cuerdas, etiquetas u otros residuos.
- Las paredes, techos y suelos de los vagones y camiones estén libres de cualquier saliente punzante como clavos, grapas, cables metálicos, etc.
- Los contenedores de transporte se comprueban minuciosamente para detectar posibles fugas de agua antes de cargarlos. Las puertas y escotillas deben ser herméticas y estar provistas de juntas cuando proceda.
- Los vagones o camiones no desprenden olores extraños como pintura, cebolla, amoníaco u otros olores extraños fuertes.
- Al recibir los envíos, si se detecta contaminación por plagas, inspeccione las cajas o bolsas. Si se sospecha la presencia de ratones, debe realizarse una inspección aleatoria de las bolsas o cajas con una luz ultravioleta. Los envíos deben rechazarse si se detecta cualquier actividad de roedores o insectos.
- Todos los productos recibidos deben transferirse a palés o patines. El producto nunca debe colocarse directamente sobre el suelo.
BPM específicas para el maní
A menudo se utilizan contenedores a granel para transportar maní. Los vagones y remolques de mercancías a granel están sellados en todo momento, excepto cuando se limpian, cargan o descargan. Antes de la descarga, deben comprobarse los precintos para asegurarse de que no han sido manipulados. Si los precintos están intactos, debe inspeccionarse visualmente el interior de la unidad a granel para comprobar su limpieza. Si el contenedor a granel resulta inaceptable, rechácelo y póngase en contacto con el propietario.
Los sistemas de carga a granel deben inspeccionarse periódicamente.
Cuando no se especifique la configuración de la carga, el maní debe distribuirse lo más uniformemente posible con el mínimo número de espacios vacíos (espacios abiertos entre palés o sacos a granel) para evitar que las cargas se desplacen.