Se utilizan diversas pruebas para detectar la aflatoxina. Algunas de las más comunes son:
TLC (cromatografía en capa fina): utiliza una matriz simple como la celulosa sobre un sustrato sólido (por ejemplo, un portaobjetos de vidrio) para separar los tipos de aflatoxinas. La detección puede realizarse exponiendo la placa de TLC a la luz ultravioleta para que la aflatoxina aparezca fluorescente, o utilizando un reactivo químico para visualizar la aflatoxina.
Ventajas: Coste relativamente bajo y procedimiento sencillo, puede separar los distintos tipos de aflatoxinas.
Contras: no es muy preciso a la hora de determinar la cantidad, puede implicar el uso de disolventes tóxicos
HPLC (cromatografía líquida de alta resolución): utiliza una extracción con disolvente y una cromatografía líquida en columna de alta presión para separar y detectar los distintos tipos de aflatoxinas en la muestra.
Ventajas: Gran precisión y cuantificación de los distintos tipos de aflatoxinas; procedimiento ampliamente aceptado por los organismos reguladores y las organizaciones sanitarias.
Contras: más complicado y caro; requiere un alto nivel de conocimientos e infraestructura para manejar el equipo especializado.
Procedimiento ELISA (inmunoensayo enzimático): utiliza anticuerpos para detectar la presencia de aflatoxinas.
Ventajas: No requiere grandes equipos ni formación, es menos costoso que el HPLC, puede realizar un gran número de muestras
Contras: normalmente sólo detecta un único tipo de aflatoxina (p. ej., B1), puede no ser cuantitativo, requiere lector de placas
Fluorometría (también llamada columna de inmunoafinidad): combina la tecnología de anticuerpos con un fluorómetro para cuantificar el nivel de cambio de color de la extracción de la muestra después de pasarla por un filtro y, a continuación, correlaciona la cantidad de aflatoxina real.
Ventajas: Resultados cuantitativos del nivel de aflatoxinas; menos costoso que la HPLC; aceptado por algunos organismos reguladores.
Inconveniente: se necesita cierto nivel de formación y suministros para extraer y cuantificar la aflatoxina. Se necesitan infraestructuras de laboratorio.
Tiras inmunocromatográficas de flujo lateral: proporcionan el método ELISA en un cómodo soporte sólido.
Ventajas: No requiere grandes equipos ni formación, se encuentra entre los métodos de menor coste, puede ser semicuantitativo (por encima o por debajo de un umbral, por ejemplo <10ppb) o cuantitativo si se utiliza un equipo de detección adicional.
Inconvenientes: las tiras reactivas pueden ser caras y requieren condiciones de almacenamiento específicas; normalmente no determinan el tipo de aflatoxina (ya sea AFB1 o AF total estimada).